lunes, 31 de mayo de 2010

APOSTAR TODO A UNA CARTA

Este es un comentario que se publicó en Reforma a raíz del suicidio de aquél Chef.

APOSTAR TODO A UNA CARTA


Confirman suicidio de chef desilusionado

Declaró la viuda que su esposo ya estaba cansado de la vida atareada del restaurante y de que los críticos no hablaban bien de él


EFE

París, Francia (26 febrero 2003).- La muerte de Bernard Loiseau, uno de los grandes cocineros de Francia, fue un suicidio, según los resultados de la autopsia, indicaron ayer martes las autoridades.

La trágica desaparición, a los 52 años, del dueño del restaurante "La cote d'or" en Saulieu (este de Francia) ha conmocionado al mundo de la gastronomía francesa.

Según la autopsia, cuyos resultados concuerdan con las observaciones de la policía, Loiseau se quitó la vida ayer de un disparo de escopeta de caza en la boca, en su domicilio en Saulieu.

Otros famosos cocineros franceses y allegados a Loiseau apuntaron como causa de su suicidio la pérdida de dos puntos (de 19 sobre 20 a 17) en la última edición de la guía gastronómica GaultMillau, así como los rumores de que la guía Michelin le iba a quitar alguna de las tres estrellas que ostentaba desde 1991.



¡Qué triste es ver a un hombre en plenitud de facultades quitarse la vida!

¡Y más triste por lo vano de la razón!

Vamos a ver ¿qué tenía este chef?

 Salud
 El amor de su esposa y de sus hijos
 Podía dedicarse al oficio que amaba
 Realización personal
 Prestigio
 Vivía en un país que goza de un gran nivel y calidad de vida
 Vivía en tiempos de paz para su país.
 Tenía casa, autos, dinero, etc. es decir, lo que mucha gente asocia con la felicidad.

¿Por qué se quitó la vida este hombre? ¿por salvar la vida de alguien más? ¿por el honor de una mujer? ¿por su patria? ¿en un afán de donar sus órganos...?

No. Este hombre terminó con su vida, su regalo divino, porque le quitaron unos puntos en su calificación como chef. Porque su prestigio estaba en entredicho.
Tenía todo para ser feliz. Y no lo era. Dio todo por unos puntos que a la mayoría de la gente le tienen sin cuidado.

Podemos comparar la vida a un juego de cartas. Todos recibimos cartas para jugar. Algunos reciben mejores cartas que otros, pero hay que jugarlas. Hay quien juega bien sus cartas, sabe esperar sus oportunidades, las aprovecha, mide las posibilidades, y sale triunfante.

Hay quienes reciben excelentes cartas, y las juegan muy mal. E incluso hay quienes se juegan todo a una sola carta. Por ejemplo, la del prestigio. Desperdician la del trabajo, la de la salud, la del dinero, la de Dios, de la bondad, la del matrimonio, la de la patria , la responsabilidad, etc. Y apuestan su vida a una carta. Las posibilidades de perder, claro, son enormes.

Bernard Loiseau. Un gran chef. Un... ¿triunfador? tú y yo hemos visto a cientos de dueños de fonditas, cafeterías y localitos sencillos y humildes con todo tipo de dueños. Es tonificante y enternecedor ver cómo tantos de ellos (que nunca lograrán aparecer en una guía de restaurantes, que apenas sobreviven día con día para irla pasando) dan gracias a Dios por tener la oportunidad de ganarse la vida honradamente, contra todo y contra todos, en un país en el que tener un local implica luchar contra impuestos, barreras, sobornos, delincuencia y bajo nivel adquisitivo. Quizá al buen señor Loiseau le hubiera hecho muy bien haberse dado una vuelta a cualquier país de Latinoamérica para ver cómo se puede ser feliz sin prestigio.

Pero es demasiado tarde. El Chef decidió que no valía la pena seguir viviendo sin prestigio. Este estaba para él por delante de su esposa, de sus hijos de su patria y de Dios. ¡Pobre señor Loiseau! sólo nos queda rezar por él, por el descanso de su alma y por su familia.

El viernes habrá duelo en sus restaurantes. La gente hablará durante algunos días en voz baja y con morbo sobre la suerte del Chef. Pero en unas cuantas semanas nadie se acordará del simpático y trabajador Bernard. Seguirán los clientes bebiendo vino, comiendo pastisséries, y platillos deliciosos, entre risas, sin preocupaciones.

¡Qué triste manera de morir! ¡Qué triste manera de vivir! Muriendo por una estrella que, bien mirada, es una opinión de otras personas.

¿A cuántos señores Loiseau conoces? ¿No serás tú uno de ellos? ¿No estarás viviendo –muriendo- por el prestigio o el dinero, o el coche, o la casa elegante?

¿No te estarás jugando todo a una sola carta...?

Requiem por los señores Loiseau de este mundo.


Vanidad de vanidades
y todo es vanidad
- Eclesiastés

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