viernes, 28 de enero de 2011

CONVIVIR

Por Gabriel Coronado Estrada

Alguna vez, cierto sacerdote español dedicado también al periodismo hizo una serie de reportajes sobre los conventos en su país para averiguar cómo se vivía en la época moderna dentro de ellos. Entre muchas otras preguntas, hacía una en particular: “¿qué es lo más difícil de vivir en un convento?” la respuesta de la totalidad de las y los entrevistados, a mis catorce años de entonces, me impactó: “la convivencia con las demás”.

Hasta entonces yo había creído que la vida en un convento era lo más cercano al paraíso: un grupo de almas bondadosas que dedican su vida a alabar a Dios, en perfecta armonía y cantando felices mientras trabajan por los demás y solucionan sus problemas. Algo así como una película de Rocío Dúrcal ¡qué poco conocía yo entonces de la naturaleza humana!

Al crecer, fui entendiendo que el procurar convivir, cediendo en las prioridades personales, es parte del sacrificio ofrecido por los religiosos y religiosas a Dios por los demás. Mark Twain dijo alguna vez que para saber si dos personas pueden llevarse bien, necesitan viajar juntas una semana. Y tenía razón: podemos tener al mejor amigo, al que queremos entrañablemente, el que nos entiende y nos aprecia más. “Arturo, tú eres el hermano que hubiera querido tener” le dice un joven a su camarada en un arranque de sinceridad, a lo que el otro responde mientras le estrecha la mano: “Jorge, los amigos son los hermanos que escogemos”. Casi se les vienen las lágrimas a los ojos.

Entonces deciden hacer un viaje juntos. Será un viaje memorable que recordarán toda su vida; planean la salida con anticipación y quedan de verse en la terminal de autobuses para ir a visitar el norte del país por una semana. El día de la partida, Jorge no aparece por ningún lado y ya todos han abordado el autobús, lo cual ocasiona que Arturo tenga que pedirle a gritos al chofer que por favor no los deje, a lo que éste accede molesto porque los pasajeros refunfuñan. Finalmente llega Jorge sin rasurar y con el almohadazo en la cabeza. “Me quedé dormido” dice sonriente, mientras arroja su maleta sobre el asiento de Arturo y le truena las campechanas que se iba a comer. “¡Ánimo, chofer! -dice todavía- ¡qué cara! ¿verdad mano? ¡chin! ¡tus campechanas! no me digas que no desayunaste, ¡si el desayuno es el alimento más importante del día! yo prefiero llegar rayando, pero mi desayuno no lo perdono. ¡Oye, qué caras traen los pasajeros! ¡ni parece que vamos de viaje! ¿no te importa si ocupo la ventanilla, verdad?”

Arturo opta por ser paciente. Por supuesto, no se había desayunado. Por eso llegó temprano, por eso pudo detener al autobús por diez minutos, y por eso se iba a comer sus campechanas, que ahora quedaron en calidad de pinole. Además le gusta ir en la ventanilla, pero en aras de la amistad y la convivencia, le cede su lugar a su camarada. ¡Total, para eso están los amigos...!

Pero esta idea tiene que ser replanteada a los veinte minutos de trayecto, cuando Arturo había agarrado un sueñito sabroso y reparador, ya que siente un codazo de su amigo:

-¡Oye, oye! ¿ya te dormiste?
-¡Mhhh!
-¿Estás dormido?
-Ya no...
-¡Qué bueno! ¿me das chancecito de pasar al baño?
-¡Pásale..!

Jorge va al baño, pero se tarda mucho- demasiado- en volver. Aunque el sueño quiere derrumbarlo, Arturo procura no volverse a dormir hasta que el otro regrese, para evitar ser despertado abruptamente. Después de casi cuarenta minutos, se preocupa y va a buscarlo dando tumbos entre los asientos sólo para descubrir a su “hermano” platicando alegremente con un grupo de muchachas que ocupan los últimos asientos. “¡Arthur! Miren, chicas, éste es mi amigo, Arturo. ¿Qué crees? Aquí Maricarmen y yo fuimos a la primaria juntos ¡años sin vernos! ¿verdad? ”

Como no hay otro asiento para Arturo junto a las chicas, éste decide retornar, tomar el asiento de junto a la ventanilla y recargarse a dormir. Apenas han pasado diez minutos, lo despierta una conocida voz: “¡Hey, hey hey! ¡ quedamos en que ese es mi lugar, maestro! Oye, no te preocupes, ya vine a hacerte compañía, no creas que te dejé solo. Al cabo ya tengo el teléfono de Maricarmen.¡ Le gustaste! ¡te hubieras quedado un rato!”

Al cabo de unos minutos, cuando Arturo se ha vuelto a dormir, Jorge recuerda algo. “¡Perdón, perdón! ¡ya para no molestarte, ¿me dejas pasar tantito? ¡es que dejé el Ipod en mi maleta! ¿ ya te habías dormido otra vez...?

Tres horas después, es a Jorge a quien encontramos profundamente dormido, como policía de patrulla, recargado en el hombro de Arturo y roncando, mientras que a éste se le ha ido el sueño y no puede hacer otra cosa que ver la horrenda película que pasan en el autobús. Y doblada.

Al llegar a su destino, Jorge por fin despierta.

-¡Me dormí! ¿verdad? ¿y tú también?
-No-dice Arturo con una mueca-se me fue el sueño...
-¡Qué mal plan! ¡así pasa! ¿vamos con las chicas?

Y así transcurre el viaje, perdiendo autobuses por la impuntualidad de Jorge, con éste burlándose por las “neurosis” de su ordenado amigo, y sintiendo ambos crecer en su interior unas inexplicables ganas de arrojar al otro por la ventanilla del autobús. O del tren, lo mismo da.

Al regresar del viaje, los “hermanos” se dan un forzado apretón de manos y jalan cada quien por su lado. A partir de entonces, cada uno fingirá no conocer al otro.

¡Qué difícil es saber convivir!

Sorpresas similares se llevan esas parejas que planean muy bien la boda, pero no planean el matrimonio, y despiertan de la ensoñación de la fiesta y los invitados, sólo para descubrir ella que el ser amado aprieta la pasta de dientes por el medio y él que su princesa de cuento es capaz de pasarse dos horas seguidas probándose zapatos sin comprar ninguno.

La gente tiene sus prioridades, sus formas de ser, necesidades y manías que nos pueden sacar de quicio.

Por eso es tan importante saber ceder. Sí, ceder en lo poco importante. ¿Importa realmente por dónde aprietes la pasta, que tu marido use corbata de rayas con camisa de cuadritos o que cante en la regadera ahuyentando a los vecinos? ¿De verdad es tan malo que tu esposa acabe con la existencia de zapatos –y con la paciencia de los empleados- que duerma con la tele prendida o le dé por usar tus calcetas de correr para dormir? Si lo pensamos bien, realmente, no.

Es cierto que a menudo las manías y los arranques de los otros llegan a ser insoportables, como por ejemplo, poner todos los sábados a las ocho de la mañana un disco de K Paz de la Sierra, pero también lo es el que en eso consiste precisamente el amor y la amistad, en aceptar al otro, tratar de darle su espacio y comprenderlo. Es decir, no perder de vista lo más importante, ya sea la permanencia del matrimonio, una amistad duradera o el cariño fraterno de los hermanos y familiares. A la larga, esto recompensará más que “adiestrar” al marido a fuerza para que use la camisa por dentro, prohibirle a la esposa que vea telenovelas, pelearte con tus cuates por no “respetar tu espacio” o borrarle del celular las fotos de Justin Timberlake a tus hermanas.

Por otro lado, tenemos una herramienta clave: la negociación. Si algo nos molesta, hay que decirlo claramente, con cariño y prudencia, pero decirlo, para buscar una solución satisfactoria para todos. Por ejemplo él: “está bien si quieres ir a probarte zapatos, pero mientras déjame irme a revisar internet (o leer un libro) a una cafetería, compro algo para mí y nos vemos en dos horas para comer algo juntos” .Ella: “¿por qué no ahora que vamos al teatro te pones zapatos en vez de tenis, la camisa por dentro un rato y los demás días no te digo nada? O bien “Oye, mi cuate, por mi fue que no nos dejó el autobús. Si quieres, me quedo yo un rato en la ventanilla y otro rato tú. Además tengo sueño porque madrugué para llegar a tiempo ¿me dejas dormir unas dos o tres horas y luego platicamos?”.

La negociación nos permitirá solucionar muchos de los problemas que trae la convivencia diaria y cercana.

Pero es que además tenemos la oportunidad de ofrecer estos pequeños sacrificios a Dios, tal como lo hacen las y los religiosos sabios. ¿Cuántas veces hemos querido hacer algo grandioso por la humanidad y no nos damos tiempo? Bien, pues soportar ciertas cosas, ceder en otras con sabiduría por el bien de la convivencia y ofrecer todo esto a Dios, tiene un valor inconmensurable. Además, el evitar un enojo innecesario haciendo una pequeña oración, tiene un efecto tremendo en el alma. Nadie ha dicho que la vida tenga que ser perfecta, como en un anuncio de detergente líquido. Y si podemos “ganar puntos” con Dios ofreciendo esos pequeños sacrificios por el bien de nuestra alma, ¿por qué no hacerlo?

Todo esto, la negociación, el hablar claro y el ofrecer las pequeñas cosas a Dios, redundará en el bien de la convivencia pacífica.

Aunque tengo que decirlo: ¿K PAZ DE LA SIERRA? ¿En la mañana y en mi juicio...?

Eso sí no tiene perdón de Dios…

EL AMOR ES COMO EL CAFÉ


EL AMOR ES COMO EL CAFÉ...
Por Gabriel Coronado

Muchas personas parecen, tristemente, incapaces de disfrutar de la vida.

¿Por qué pasa esto? Bien, esta pregunta tiene muchas posibles respuestas, pero me parece que una de ellas, muy importante, es el afán que muchos tienen de esperar demasiado de las cosas, las situaciones y las personas.

De niños, muchos habrán vivido una experiencia similar a esta: El Gustavito quiere tener una bicicleta con todas sus fuerzas, pero ya sea porque los papás carecen de los medios necesarios para comprarla, o bien porque quieren evitar que su crío se estampe en uno de los múltiples postes que se atraviesan en el camino o termine enredado en la salpicadera de un microbús a tan temprana edad, no le compran la deseada bicicleta y optan por un inocuo juego de Mecano.

Claro que hay niños capaces de llevarse de tajo el dedo gordo jugando al Mecano, que a fin de cuentas seguro, seguro, no es. Pero el punto es que el niño se queda con las ganas de una bici, sueña con ella, se extasía pensando en lo que sería su vida si pudiera tenerla y hasta llega a tener la sensación de que todo iría mejor con ella. “Si yo tuviera mi bici-piensa por ejemplo- no reprobaría matemáticas, porque podría ir a casa de Felipe a estudiar” . Además ya se ve viajando por las calles de su colonia para ir al fútbol o paseando con la niña más bonita de la escuela que al ver su bicicleta roja caería rendida a sus pies, y así sigue soñando. “Si yo tuviera mi bici, ¡qué feliz sería...!”

Digamos que un buen día Gustavito recibe de sorpresa una bicicleta que le da su compasivo tío Pancho, quien no aprueba las ideas de precaución y/o economía de los padres de la criatura. Estos a regañadientes, aceptan finalmente que su vástago vaya al parque a andar en su bici, iniciando una historia que puede contarse en frases:

Primer día: “¡Con cuidado, hijo, dale a los pedales!”

Tercer día: “¡Te voy a soltar ¿eh? ¡muy bien! ¡Santo Dios , qué guamazo!
Bendito sea Dios, todavía respira...

Segundo mes: “¿Otra vez te vas en la bici? ¡muy bien! ¡qué bueno que hagas ejercicio!”

Octavo mes: “Hijo ¡baja la bicicleta de la azotea, que se está oxidando con la lluvia...!

Y pues ha sucedido que la famosa y anhelada bici ha pasado a segundo término. Por alguna razón, no cambió la vida del niño. Al menos, no en el nivel que él esperaba.

Por supuesto, ahora el buen Gustavito ha llegado a la conclusión de que su vida es infeliz e incompleta porque no tiene el nuevo juego Wasting Time para Wii que tanto disfrutan sus amigos. Claro que, si algún día el buen papá se lo compra despachurrando de paso el presupuesto familiar, el gusto le durará unos meses, hasta que se dé cuenta de que tiene la versión I, cuando “todos sus amigos” (es decir, Felipe) ya tienen la versión III Mega Plus versión recargada.

¡Niños...!

Los adultos no actuamos así ¿no es cierto?

¡Pero claro que actuamos igual! Nos pasamos la vida esperando que algo o alguien nos haga felices. Esperamos como Gustavito tanto, que a la hora que vemos cumplidos nuestros anhelos sentimos que algo o alguien nos ha fallado, estafado. Tal es el caso de la novia que cree que al casarse será ahora sí, plenamente feliz, del hombre que espera que la empresa en donde trabaja le ponga todo a su gusto para que él se sienta mejor o de la pareja que achaca todos su problemas a carecer de un coche nuevo con quemacocos y entrada para i pod (Touch).

Ahí está todavía Gustavito con su bici. Porque suele pasar que ni el matrimonio por sí mismo era la perfección total y trae además de satisfacciones muchas responsabilidades, ni la empresa está ahí para que su empleado se la pase a gusto, ni el coche soluciona los problemas de comunicación de la pareja; es más, el coche ni por enterado se da de todo lo que se espera de él.

Esperamos demasiado.

Esperamos demasiado de los amigos, de la pareja. Así pasa con las vacaciones, por ejemplo. ¿Cuántas veces sucede que nos creamos una expectativa grandiosa de unos días en la playa que terminan con deudas, cansancio y quemaduras de tercer grado por quedarnos dormidos al sol como cachalotes varados? Pero así seguimos.

Entendamos entonces algo muy importante:

Si no podemos ser felices hoy, con lo que tenemos ahora, nunca lo seremos.

Y es que, si lo pensamos bien, siempre nos hará falta algo. Siempre, en cualquier situación. Y esto se debe a que el mundo, digamos, es muy mal educado: tiene la mala costumbre de ser como es y no como nosotros quisiéramos que fuera. Pero por no entender esto, nos pasamos la vida quejándonos de la gente, del gobierno, del vecino, bueno ¡hasta de la lluvia!; “¡Chin! ¿por qué llueve? ¡claro, tengo mala suerte!” me ha tocado oír diciendo a alguien muy enojado. Como si por no molestar al joven, Dios tuviera que ordenar que no lloviera...

Dice un dicho que el amor es como el café: huele mejor de lo que sabe. Pues así son muchas cosas en la vida, sobre todo cuando esperamos demasiado de ellas y no aprendemos a disfrutar de lo que somos y tenemos en el presente.

Vivamos el día de hoy, con todas sus maravillas, sin bicicleta, con un marido que ronca, en una empresa con reloj checador y con un coche al que todo le suena, menos el radio.

Porque la felicidad depende de nosotros. Es cierto que algunas cosas, logros o la compañía de alguien pueden añadir algo a esa felicidad, pero ésta siempre es una decisión personal. “Si no puedes ser feliz hoy, con lo que tienes ahora, no serás feliz nunca”.

Dejemos de lado al Gustavito que tenemos dentro, y disfrutemos cada día.




“La vida es aquello que te sucede mientras tú haces planes para otra cosa”
John Lennon

domingo, 27 de junio de 2010

AVISOS

Universidad de las Américas (Puebla): "FAVOR DE NO PISAR EL PASTO"

Universidad de las Américas (México): "FAVOR DE PONER PASTO"

Universidad Anáhuac (Norte): "FAVOR DE NO PISAR EL PASTO SIN ZAPATOS GUCCI (DE VENTA EN LA TIENDA DE LA UNI)"

El Colegio de México: “LA COYUNTURA HISTÓRICA NO ES LA MÁS ADECUADA PARA PERJUDICAR NUESTROS LIMITADOS RECURSOS NATURALES. POR ENDE, TE INSISTIMOS EN NO MELLAR EL PASTO, QUE HA SIDO SEMBRADO EN UN INTENTO POR PRESERVAR EL EQUILIBRIO ECOLÓGICO DEL PLANETA”

Universidad Anáhuac (Sur): "FAVOR DE NO ASOLEARSE EN EL PASTO"

ITAM: "FAVOR DE NO PISAR LOS ACTIVOS FIJOS"

IPADE:”¿ CÓMO SOLUCIONARIAS LA PROBLEMATICA DE PISAR EL PASTO?"

Universidad Iberoamericana: ¡O SEA, NO! ¡PORFA NO PISES EL PASTO!

Universidad Panamericana: "PISAR EL PASTO ES PECADO"

Universidad La Salle: ¡POR EL AMOR DE DIOS! ¡NO PISEN EL PASTO!

Universidad del Claustro de Sor Juana: "AQUI DESCANSAN LOS RESTOS DE DON
JUAN DE ODONOJU Y RIVADENEYRA"

UNITEC: "FAVOR DE NO ORINARSE EN EL PASTO"

Universidad del Valle de México (Lomas Verdes): "FAVOR DE NO DORMIR EN EL PASTO"

Universidad del Valle de México (San Rafael): “FAVOR DE NO COMERSE EL PASTO”

Universidad Veracruzana: "CHINGUE A SU MADRE EL QUE PISE EL PINCHE
PASTO!"

UAM: "EN MEMORIA DE NUEZTROS ERMANOS INDIJENAS DE CHAPAS, NO LOS PIZEMOS
MAS!"




Libre de Derecho: “LEGALMENTE PROCEDE TENER PASTO EN UNA INSTITUCION EDUCATIVA, YA QUE NO HAY FUNDAMENTO JURIDICO ALGUNO QUE LO IMPIDA; EN EL HONOR DE LOS ALUMNOS DEPOSITAMOS NUESTRA CONFIANZA PARA QUE EL POCO PASTO QUE HAY EN NUESTRA AMADISIMA ESCUELA, SEA PROTEGIDO COMO RESERVA ECOLOGICA“

Universidad Autónoma de Chiapas: “PROHIBIDO PISAR EL PASTO; ES TERRITORIO INDEPENDIENTE"

Universidad Autónoma de Tabasco: "FAVOR DE NO ESTACIONAR SU PANGA EN EL PASTO"

Universidad Autónoma de Yucatán: "FAVOR DE NO REGAR EL PASTO POR QUE SE MOJA"

Universidad de Campeche: "EL QUE PISE EL PASTO SERA REPORTADO A RECTORIA, EL QUE NO, NO"

Universidad Autónoma de Oaxaca: "UQA IGUAIQOSTA MAI MANTA, CUASI OCUPI"

“TEC” de Monterrey: “KEEP OUT OF THE GRASS, PLEASE”

Universidad del Noroeste (Hermosillo) ”¿ CUAL PINSHI PASTO? ¡QUE
LLUEVAAA!!!!"

Universidad Pedagógica Nacional: “LA EDUCACIÓN DE LA NIÑEZ DEPENDE DE LOS COMPORTAMIENTOS APRENDIDOS. PROCURA EN LO POSIBLE, ATENDER A TU VOCACIÓN EN TODO MOMENTO Y TRATAR DE NO HOLLAR CON TU PIE LA SUPERFICIE HERBAL QUE RODEA NUESTRA ALMA MATER”

Instituto Politécnico Nacional: "FAVOR DE NO ROBARSE EL PASTO"


U.N.A.M: "FAVOR DE NO FUMARSE EL PASTO"

martes, 8 de junio de 2010

Con dedicatoria al Pri (GERMAN DEHESA)

Con dedicatoria al Pri (GERMAN DEHESA)




!Cómo le está yendo mal a México!


Con levísimas variantes ésta ha sido la cantaleta de los más connotados
priistas y perredistas de nuestro País.


Hoy estamos en la fase final del ciclo foxista - calderonista y podemos
afirmar que la mayoría de esos patriotas de opereta que afirmaron con voz
emocionada las palabras que acabo de citar hicieron cuanto estuvo en su mano
para que le fuera mal al Presidente Fox y le siga yendo mal al Presidente
Calderón.


Los males que a la patria le han seguido por su conducta saboteadora y
estúpida los tienen absolutamente sin cuidado: No tienen patria (ni matria),
no la conocen, no la aman y les viene quedando más lejos que Zambia .


Para ellos lo fundamental ha sido demostrar que estos Gobiernos simplemente
no han sabido gobernar, aunque bien se han guardado de decir que, tal como
se presentaron las circunstancias, con un Legislativo mayoritariamente
opositor, toda iniciativa de cambio y de gobierno estaba condenada a
fracasar sin la concurrencia y el patriotismo de esta oposición primitiva y
dinamitera.


Destaco aquí la condición hipócrita y taimada del PRI que fue el partido
directamente agraviado, descobijado y damnificado por el triunfo de Fox.
Olvidamos demasiado rápido, pero yo conservo las imágenes y las palabras de
próceres tan señalados como Dulce María Sauri y Roberto Madrazo, tan
aparentemente dispuestos a cooperar y tan íntima y firmemente decididos a
hacer tropezar una vez tras otra al nuevo Gobierno.
Estaban y siguen estando en actitud de haber sido directamente ofendidos y
despojados.
En su pequeñísima mentalidad existe la convicción de que México es propiedad
exclusiva del PRI. Hagan de cuenta que Dios les hubiera concedido una
franquicia eterna.


Desde esta percepción elemental y tomando muy en cuenta todas las malas
pasiones que tienen uso de suelo en la almeja (despectivo de alma) de un
dinopriista pandilla que tenía secuestrado al País, era indispensable
demostrarle a los mexicanos el brutal error que habían cometido al echarlos
de tan mala manera de Los Pinos.


Según ellos, esto fue una magna injusticia histórica, un grave error, una
radical pifia de la ciudadanía.


Por lo mismo, era prioritario demostrar que sólo el PRI sabe gobernar y
consecuentemente, la malagradecida ciudadanía que había cometido la falta
casi imperdonable de quitárselo de encima merecía un castigo ejemplar con el
fin de que hiciera un acto de contrición, solicitara piedad y lo trajera de
regreso a ese lugar que es suyo y solamente suyo.


En esto ha consistido la gran estafa. Están a punto de salirse con la suya.


A muchísimos ciudadanos ya los han convencido de que sin líderes "morales",
como Manlio Fabio, Bartlett, Montiel, Chuayffet, Madrazo, Gamboa Pascoe,
Salinas, Palacios Alcocer y demás garrapatas parasitarias, México no puede
sobrevivir.


Los razonamientos (es un decir) que los avalan son secreciones cerebrales
del tipo de:


Serán rateros, pero saben gobernar.
Serán asesinos, pero mantienen la paz social.
Serán narcopolíticos, pero por lo mismo saben negociar con los cárteles.
Serán malos mexicanos, pero en el mundo globalizado la idea de patria no
significa nada.


Todas estas contrahechuras se fabrican desde un terreno mediáticamente
preparado y abonado por una taimada campaña que ha insistido en un punto:


Todos hemos querido ayudar a Fox y a Calderón, pero los pobres no tienen
operadores ni capacidad de negociación.


Pregunto: ¿Quién puede "operar" con Manlio Fabio, o quién puede negociar y
llegar a acuerdos con un traidor de tiempo completo como es Madrazo?


Leer todo esto como una defensa de Fox sería mi fracaso como escritor. Mi
pretensión es otra. Lo que quiero decir es que Fox es un ser limitado (al
Norte por su falta de oficio e ingenuidad y al Sur por su señora), pero al
mismo Cristo resucitado que hubiera llegado a Los Pinos no le hubiera ido
mejor rodeado de esa legión de Judas Iscariotes con los que había que
lidiar.


El también hubiera sido víctima de la gran estafa. Al final del día, ellos
pretenden decirnos que los grandes culpables de 50 millones de pobres son
Fox y Calderon, y que ellos, por más que quisieron ayudarlo, no pudieron,
pero eso sí, constituyen nuestra gran esperanza.





Lectora, lector querido: ¿Deseas que estos bichos vuelvan a infestar Los
Pinos?


Si no es así, envía éste mensaje a tus conocidos para que lo podamos evitar.





Germán Dehesa

jueves, 3 de junio de 2010

ENTENDÁMONOS BIEN-Comunicación

ENTENDÁMONOS BIEN
Por Gabriel Coronado Estrada

En ciertos cursos de seguridad industrial, se utiliza una frase: “NO DES NADA POR SENTADO”. Y se usa para recomendar a los trabajadores y empleados que por ejemplo, si ven un agujero en el suelo, no crean que los demás trabajadores ya lo saben. Es mejor poner un aviso, pues no faltará el despistado que se vaya por el agujero con toda su humanidad y se de un mulazo de esos de los que ya no se recupera uno nunca.

La frase me llama la atención porque me doy cuenta de que se puede aplicar exactamente los problemas de comunicación entre las personas.

Y es que este problema, el de la comunicación, está presente en prácticamente todas las actividades humanas. Gran parte del problema precisamente es dar las cosas por sentadas. Un ejemplo clásico es el del maestro mecánico con su chalán, que suelen tener diálogos de este tipo:

El Maestro:- ¡A ver, tú Chiricuas! ¡ven para acá!

El Chiricuas:- ¡Sí, máistro Bedoya!

El Maestro:- Te vas por la désta que está arriba del mueble grande, allá al fondo, y me la traes, pero la chica ¿eh? no me vayas a traer ni la grande ni la viejita

El Chiricuas:- Este...osea ¿cómo?

El Maestro:- ¡SÍ, HOMBRE! ¡LA DESTA! ¡CON LA QUE APRETAMOS EL COCHE DEL SEÑOR DEL OTRO DÍA, PERO TE ME MUEVES POR FAVOR!

El Chiricuas:- Este...

El Maestro:- ¡¡PERO YA!!

El Chiricuas:- Sí, máistro...

Por supuesto, el pobre Chiricuas trae la herramienta equivocada, y cuando regresa con ella, el maestro Bedoya se le va encima y le reclama que no escucha, que es un tonto, etc.

¿Quién está mal aquí?

Pues por supuesto, el Maestro Bedoya, que no se toma el trabajo de decir claramente y con las palabras correctas lo que quiere, y además, no se asegura de que el otro lo haya entendido. Es decir, DA POR SENTADO que ya le entendió, aunque no sea así.

Pero también el Chiricuas tiene la culpa...aunque sea en parte, ya que debería haber preguntado, antes de ir a perder el tiempo y buscar la “Désta”, exactamente a qué se refería el maestro. “Perdón, maestro, y no se enoje, pero nos ahorramos muchos problemas y vueltas si me dice usted un poco más de la herramienta que quiere. ¿De qué color es? ¿es una pinza o algo parecido? ¿recuerda usted algo más?"

En las parejas suceden cosas parecidas. Un caso típico es el de la esposa que supone que el marido sabe que ella está enojada por algo. Como la mujer tiende a ser más receptiva a los sentimientos de los demás que el hombre, cree que cuando ella está de malas el marido debe darse cuenta de inmediato. Es decir DA POR SENTADO que el otro ya sabe que está molesta digamos porque su adorado se acabó los Corn Flakes en la mañana y no le avisó. En la noche, cuando el esposo regresa del trabajo, suelen darse diálogos como éste:

El esposo:- ¡Hola. mi amor! ¿cómo estás?

La esposa (tratando de poner cara de Marga López) – Bien, gracias...

El esposo:- ¡Qué bueno! oye ¿te cuento lo que me pasó hoy?

La esposa: - Si quieres...

El esposo:- ¿Qué te pasa?

La esposa: - Nada...

El esposo:- ¿Qué hice?

La esposa:- Ya sabes...

Y con esa frasecita las mujeres acaban con los maridos, ya que en el 98% de los casos, el marido NO TIENE LA MENOR IDEA DE LO QUE PASA POR LA MENTE DE SU MUJERCITA. Así que si ella no hace algo por aclarar las cosas, lo más probable es que el marido se vaya solo a la televisión y se ponga a ver un partido de fútbol entre dos equipos ingleses de los que jamás ha oído hablar. Claro que su mujer se quedará con su “coraje entripado” DANDO POR SENTADO que el otro ya sabe del porqué de su enojo, y calificándolo en su mente de frío, miserable, etc. Y lo peor puede todavía venir si el despistado marido se levanta en los comerciales, se dirige a la cocina y le grita a su esposa: “¡Amor! ¿Ya no tenemos Corn Flakes...? (cerremos la cortina para evitar presenciar una escena de violencia extrema que reprobamos)

¿Qué hacer para evitar problemas de este tipo? bueno, pues tenemos que asegurarnos de que el mensaje ha sido recibido por el otro. Para esto tenemos recursos muy valiosos:

1. Tratar de ser específicos . Esto se logra llamando a las cosas por su nombre y adecuando nuestro lenguaje a la persona con la que estamos hablando. Evitar en lo posible decir “la désta” o “la cosa esa” y decir por ejemplo “el desarmador” o “tu hermano Antonio”
2. Procurar la Retroalimentación. Esta palabrita significa algo muy simple: es pedirle al otro que nos dé alguna información que nos asegure que el mensaje ha llegado con bien. A veces con un “¿me entiendes bien lo que te estoy diciendo’”? es suficiente, pero en otras ocasiones deberemos pedir, amablemente al otro que nos repita el mensaje. Esto dependiendo de la importancia que tenga. Por ejemplo, en el caso del Chiricuas y el Maestro Bedoya, el maestro debió, además de llamar a las cosas por su nombre, preguntarle a su empleado: “¿Sí sabes cuál herramienta te digo?” y si la respuesta hubiera sido negativa, haberla descrito con más detalle. Es increíble la cantidad de trabajo y molestias que se evitan cuando se hace esto.
3. Dejarle saber al otro lo que se siente. No creas que el otro ya lo sabe ¡díselo! a lo mejor el otro no sabe que te molesta tal o cual cosa. En vez de sufrir a solas, la esposa o el marido deberían decirle al otro, con amabilidad y respeto las cosas usando una formulita muy sencilla: “Cuando tú haces X, entonces yo me siento Y; me gustaría que tú Z”. Usando el ejemplo de los Corn Flakes: “Cuando tú te acabas la comida y no me avisas, yo me siento como despreciada, como si no pensaras en mi bienestar. Me gustaría que tú me avisaras cuando veas que algo se termina”. Esto será mucho más efectivo que andar montando historias como para Silvia Pinal.
4. Dialogar. Darse tiempo y espacio para platicar. Es triste notar que hay parejas a las que les pasa como a aquél marido que decía “la última vez que mi esposa y yo salimos juntos, fue el día en que explotó la estufa”. Bromas aparte, lo cierto es que hay que apagar la tele y salir a tomar un café o a comerse unos ricos tacos. Y así, en un ambiente relajado, platicar y escuchar. Un consejo: Si tienes algo profundo qué platicar con alguien, no lo platiques en la casa. Sal a caminar sin prisa, o mejor, en el cafecito, siéntense pero no frente a frente, ya que esto produce una idea de confrontación, de pleito. Es mejor ocupar dos lados contiguos de la mesa.

La buena comunicación pues, requiere de la participación tanto del que habla como del que recibe el mensaje. Es más sencilla de lo que parece, pero hay que empezar a intentarla. Quedémonos pues con dos frases que deberíamos recortar y pegar en algún lugar visible de nuestra casa:

NO DES NADA POR SENTADO
NO CREAS QUE EL OTRO YA LO SABE ; ¡DÍSELO!

Y por cierto, no estaría de más comprar más Corn Flakes...

Rolando Villazón

Desde pequeño soy un aficionado a la música. Soy una de esas personas que no pueden estar sin escucharla a veces como fondo, y a veces totalmente dedicado a ella.

En cuanto a la música llamada clásica, tengo algunos autores e intérpretes muy seleccionados. Lo mismo sucede con la ópera, de la que me gustan más bien algunas arias específicas. Son pocas las óperas que disfruto ver completas (lo que a ojos de muchos puristas me convertiría en un "villamelón", pero como no conozco a tales puristas, me anda valiendo en lo que me conviertan o dejen de convertirme).

Con los intèrpretes de ópera me sucede lo mismo; por alguna razón, tengo un grupo de cantantes a los que prácticamente idolatro y tiendo a ignorar o ser muy crítico con quienes no conozco. Y no es cosa de la edad ¿eh? así soy desde chavito.

Siempre que me ha gustado un cantante el proceso ha sido similar: escucho por casualidad o por recomendación una interpretación suya, y me quedo impactado preguntándome quién canta tan bien. Eso me sucedió por ejemplo -lo recuerdo - con Plácido Domingo, escuchando una canción popular (He couldn´t Love you More). Es muy difícil que me haga a la idea de un cantante si no me impacta a la primera.

Hace tiempo que no me sucedía algo así, hasta que escuché a Rolando Villazón. De él había escuchado porque mi hermana Malú, cuando trabajaba en Opus 94 como productora (mi hermana se dedica como hobbie a la música; tiene una hermosa voz de Mezzosoprano, canta y ha sido productora de violín- no de ese instrumento, me refiero a que no cobra, sino que lo hacía"de gorra" sin recibir remuneración) .

Bien, pues mi hermana me contó que este cantante mexicano fue, lo entrevistaron en su programa, y cayó simpatiquísimo (insistía en dar los teléfonos al aire, y en bromear; se autonombraba "El Derbez de la ópera). Luego mi tía Margarita me platicó de él, ví por auí y por allá noticias suyas. Pero fue hasta que, buscando interpretaciones de Plácido en You Tube, di con una de Villazón...y me quedé pasmado. Todo lo que había escuchado era cierto; su voz es un portento. Tiene un color que parece más de barítono (muy al estilo de su mentor Plácido, quien lo ha nombrado desde ya su sucesor), es afinadísimo, total, un genio.

Lamentablemente, en nuestro país, tan poco aficionado a la ópera, es casi un desconocido. Todo mundo sabe quiénes son Gael García o Lupe Esparza (y hasta cantamos "Sergio el Bailador"), pero no le damos el valor a este sateluco* esforzado que es calificado por la prensa especializada como uno de los mejores tenores del mundo, y lo equiparan con Pavarotti o Domingo, nada menos.

Si te quieres dar un quemón, que diga, si quieres calibrar en alguna medida la voz de este gran tenor, entra en You Tube y lo encontrarás. Te recomiendo escuchar "Júrame", "No Puede Ser" (que ha cantado varias veces, incluyendo una en el salón de plenos de la ONU) y en fin cualquiera de las arias que puedas encontrar. Si te gustan las grandes voces, te aseguro que no te vas a decepcionar.

Villazón vendrá a nuestro país en Junio, y aparentemente será jurado en Opera Prima un "Reality Show" que canal 22 está organizando para detectar nuevos valores en nuestro país (de hecho, Villazón saltó a la fama gracias a un concurso similar: Operalia, organizado por Plácido Domingo). Pero también se presentará en México, Guadalajara y aparentemente, Monterrey.

*Sateluco: Dícese de la especie originaria de Ciudad Satélite y sus alrededores. Suelen ser aguerridos y luchones (quizá por su experiencia de enfrentar a diario el tráfico del Periférico), temibles y solidarios.

miércoles, 2 de junio de 2010

Cómo Suprimir las Preocupaciones


Consejos Para Resolver Problemas de Preocupación
(Tomados del Libro “Cómo Suprimir las Preocupaciones y Disfrutar de la Vida” de Dale Carnegie)*



Para enfrentar un problema recomendamos seguir los siguientes tres pasos:

1) Pregúntese: “¿Qué es lo peor que puede sucederme?” Analice la situación valientemente y con honradez; imagine lo peor que puede suceder como consecuencia del problema que se presente.
2) Prepárese a aceptarlo, si ello es necesario. Después de imaginarse lo peor que pueda pasarle, hágase a ello y acéptelo, si esto resulta necesario, esto le ayudará a recuperar la paz que perdió cuando se presento el problema.
3) Después, tranquilamente, proceda a mejorar lo peor. Dedique su tiempo y energía a tratar de mejorar lo peor que ya tiene totalmente aceptado, trate de dar con el modo y los medios de reducir la pérdida que le ocasiona el problema que encara.

Ahora bien, ¿por qué funciona esta técnica? Porque nos saca de las negras nubes en que andamos a tientas cuando la preocupación nos ciega. Hace que pisemos tierra firme. Sabemos donde estamos. Y si no pisamos tierra firme, ¿cómo es posible que podamos pensar con fundamento en nada?
El profesor William James, padre de la psicología aplicada, dijo a sus propios alumnos: “Acepten que haya sido así… Acepten que haya sido así, porque la aceptación de lo que ha sucedido es el primer paso para superar las consecuencias de cualquier calamidad”.
La misma idea fue expresada por Lin Yutang en su muy leído libro “La Importancia De Vivir”. Este filósofo chino declaró: “La verdadera paz de espíritu viene de la aceptación de lo peor. Psicológicamente, creo que esto significa una liberación de energía”.
¡Así es, exactamente! Cuando aceptamos lo peor, ya no tenemos nada que perder. Y esto significa automáticamente que tenemos todo que ganar.


El Daño Que La Preocupación Puede Hacernos


"Los hombres que no saben como combatir la preocupación mueren jóvenes"
Dr. Alexis Carrel

El Dr. Russel L. Cecil de la escuela de medicina de la Universidad Cornell, enumera cuatro de las preocupaciones que con más frecuencia provocan artritis:

- Fracaso en la vida matrimonial.
- Desastre financiero.
- Soledad y preocupación.
- Resentimientos largo tiempo alimentados.






Un médico especialista en enfermedades de la tiroides tenía colgado en su sala de espera un gran cuadro que decía lo siguiente:


Descanso y recreo
Las fuerzas que más descansan y recrean son
una religión saludable, sueño, música y risas.
Tener fe en Dios, aprender a dormir bien,
amar la buena música y ver el lado divertido de la vida.
Y la salud y la felicidad serán nuestras.


Cómo Analizar Y Resolver Los Problemas De Preocupación


Seis honrados servidores me enseñaron cuanto sé;
Sus nombres son: Cómo, Cuándo, Dónde, Qué, Quién y Porqué
Rudyard Kipling


Hay tres pasos básicos para el análisis de problemas:
1. Obtenga los hechos.
2. Analice los hechos.
3. Llegue a una decisión y actúe después conforme a esta decisión.

Alguien dijo: “si un hombre dedica su tiempo a obtener los hechos de un modo imparcial y objetivo, sus preocupaciones se disiparán por lo general a la luz del conocimiento”.

Otra técnica es hacernos las siguientes preguntas:
1. ¿Qué es lo que me preocupa?
2. ¿Qué puedo hacer acerca del asunto?
3. ¿Qué voy a hacer en relación con el asunto?
4. ¿Cuándo voy a comenzar a hacerlo?


Cómo Eliminar El Cincuenta Por Ciento De Nuestras Preocupaciones De Negocios

Cuando usted, o cualquiera de sus socios, se sienta inclinado a preocuparse por un problema, consigne por escrito las siguientes preguntas y contéstelas:
a. ¿En qué consiste el problema?
b. ¿Cuál es la causa del problema?
c. ¿Cuáles son todas las soluciones posibles?
d. ¿Cuál es la mejor solución?

Tomar en cuenta lo anterior, nos ayuda a no perder tanto tiempo en juntas donde sólo se mencionan los problemas inútilmente, sin llegar a ninguna solución. Si se siguen los pasos antes mencionados, se puede ahorrar hasta un setenta por ciento de tiempo.


Ocho Palabras Que Pueden Transformar Nuestra Vida


Marco Aurelio, el gran filósofo que gobernó el Imperio Romano, expresó estas palabras:
“Nuestras vidas son la obra de nuestros pensamientos”

El Dr. Frank Crane escribió el siguiente programa para eliminar la mayoría de las preocupaciones:

1. Sólo por hoy seré feliz. Esto supone que es verdad lo que dijo Abraham Lincoln, que “la mayoría de las personas son tan felices como deciden serlo”. La felicidad es algo interior; no es asunto de fuera.
2. Sólo por hoy, trataré de ajustarme a lo que es y no trataré de ajustar todas las cosas a mis propios deseos. Aceptaré mi familia, mis negocios y mi suerte como son y procuraré encajar en todo ello.
3. Sólo por hoy, cuidaré de mi organismo. Lo ejercitaré, lo atenderé, lo alimentaré, no abusaré de él ni lo abandonaré, en forma que será una perfecta máquina para mis cosas.
4. Sólo por hoy, trataré de vigorizar mi espíritu. Aprenderé algo útil. No seré un haragán mental. Leeré algo que requiera esfuerzo, meditación y concentración.
5. Sólo por hoy, ejercitaré mi alma de tres modos. Haré a alguien algún bien sin que él lo descubra. Y haré dos cosas que no me agraden hacer, sólo, como dice William James, por ejercitarme.
6. Sólo por hoy, seré agradable. Tendré el mejor aspecto que pueda, me vestiré con la mayor corrección a mi alcance, hablaré en voz baja, me mostraré cortés, seré generoso en la alabanza, no criticaré a nadie, no encontraré defectos en nada y no intentaré dirigir o enmendar la plana al prójimo.
7. Sólo por hoy, trataré de vivir únicamente este día, sin abordar a la vez todo el problema de la vida. Puedo hacer en doce horas cosas que me espantaría si tuviera que mantenerlas durante una vida entera.
8. Sólo por hoy, tendré un programa. Consignaré por escrito lo que espero hacer cada hora. Cabe que no siga exactamente el programa, pero lo tendré. Eliminaré dos plagas, la prisa, y la indecisión.
9. Sólo por hoy, tendré media hora tranquila de soledad y descanso. En esta media hora pensaré en Dios, a fin de conseguir una mayor perspectiva para mi vida.
10. Sólo por hoy, no tendré miedo y especialmente no tendré miedo a ser feliz, de disfrutar de lo bello, de amar y de creer que los que amo me aman.

Si queremos crearnos una actitud mental que nos proporcionará paz y felicidad, he aquí la Regla 1:

Piensa y actúa animosamente y te sentirás animoso.








EL Elevado Costo De Pagar Con La Misma Moneda


¿Cómo puede dañar el intento de pagar con la misma moneda? De muchos modos. Según la revista Life, puede incluso quebrantar la salud. Life dijo: “La característica principal de las personas con hipertensión -alta presión sanguínea- es el resentimiento. Cuando el resentimiento es crónico, las consecuencias son una hipertensión crónica y las enfermedades del corazón.”
Cuando odiamos a nuestros enemigos, les damos poder sobre nosotros, poder sobre nuestro sueño, nuestros deseos, nuestra presión sanguínea, nuestra salud y nuestra felicidad. Nuestros enemigos bailarían de alegría si supieran cómo nos preocupan, cómo nos torturan y cómo se nos imponen. Nuestro odio no les daña, pero convierte nuestros días y noches en un infernal torbellino.
Por tanto, cabe ver que cuando Jesús dijo “Amad a vuestros enemigos”, no se limitaba a predicar ética. También predicaba medicina del siglo XX. Cuando dijo “Perdonad setenta veces siete”, Jesús nos estaba diciendo a usted y a mí el modo de no padecer alta presión sanguínea, perturbaciones del corazón, úlceras del estómago y muchas otras enfermedades.
Shakespeare escribió:

No calientes del odio tanto el horno
Que te quemes tú mismo

Para cultivar la actitud mental que ha de procurarnos paz y felicidad, recordemos lo que Jesús decía:

“Amad a vuestros enemigos. Bendecid a los que os maldicen, haced bien a los que os odian y orad por los que malignamente os utilizan y os persiguen.”

Lincoln fue atacado e insultado por algunos de los mismos hombres a quienes había encumbrado, por hombres como McClellan, Seward, Staton y Chase. Sin embargo, Lincoln creía, según Herndon, su socio en las actividades jurídicas, que “ningún hombre debía ser alabado o censurado por lo que hacía o dejaba de hacer”, porque “todos nosotros somos hijos de las condiciones, de las circunstancias, del ambiente, de la educación, de los hábitos adquiridos y de la herencia, todo lo cual moldea a los hombres como son y siempre serán”.
Tal vez Lincoln tenía razón. Si usted y yo hubiésemos heredado las mismas características físicas, mentales y emocionales que nuestros enemigos y si la vida hubiese sido para nosotros lo mismo que para ellos, actuaríamos exactamente como ellos actúan. Sería imposible que hiciéramos otra cosa.

No tratemos nunca de pagar con la misma moneda a nuestros enemigos, porque si lo hacemos, nos haremos más daño que el que les hagamos.






Si Usted Hace Esto, Nunca Le Preocupará La Ingratitud


Si usted salvara a un hombre la vida, ¿esperaría su agradecimiento? Puede usted esperarlo, pero he aquí el caso de Samuel Liebowitz, que fue un famoso abogado criminalista antes de hacerse un magistrado. Salvó a setenta y ocho hombres de ir a la silla eléctrica. Y ninguno se detuvo para agradecer a Samuel Liebowitz o siquiera se tomaron la molestia de enviarle una felicitación de Navidad.

Cristo sanó a diez leprosos en una tarde, pero ¿cuántos de estos leprosos se detuvieron para darle las gracias? Sólo uno. Véanlo en San Lucas. Cuando Cristo se volvió a sus discípulos y preguntó: “¿Dónde están los otros nueve?”, todos ellos habían desaparecido. ¡Se habían ido sin dar las gracias! Y permítame hacerle una pregunta: ¿porqué usted y yo podemos esperar más agradecimiento por nuestros menudos favores que el que obtuvo Jesucristo?

Es natural que las personas se olviden del agradecimiento; por tanto, si esperamos gratitud, vamos directamente hacia muchos pesares, si queremos encontrar la felicidad, cesemos de pensar en la gratitud o la ingratitud y demos por el placer interior de dar. Recordemos que la gratitud es un rasgo que debe ser “cultivado”; por tanto, si queremos que nuestros hijos sean agradecidos, debemos enseñarles a serlo.




¿Aceptaría Un Millón De Dólares Por Lo Que Tiene?


Tuve aflicción por no tener zapatos,
hasta que vi a quien no tenía pies


Aproximadamente un noventa por ciento de las cosas en nuestras vidas están bien y un diez por ciento mal. Si queremos ser felices, todo lo que debemos hacer es concentrarnos en el noventa por ciento que está bien y pasar por alto el diez por ciento restante. Si queremos estar preocupados y amargados y acabar con úlceras de estómago, todo lo que debemos hacer es concentrarnos en el diez por ciento que está mal y pasar por alto lo demás.

Las palabras think and thank” (“Piensa y agradece”) se hallan inscritas en muchas iglesias de Inglaterra. Son palabras que también deberían ser inscritas en nuestros corazones. Deberíamos pensar en todo lo que merece nuestro agradecimiento y dar gracias a Dios por todas nuestras abundancias y prosperidades.

Logan Pearsall Smith concentró mucha sabiduría en unas cuantas palabras cuando dijo: “Hay dos cosas que deben perseguirse en la vida: la primera es conseguir lo que se quiere; tras esto, disfrutar de ello. Sólo los más sabios logran lo segundo.”

¿Les agradaría saber cómo hacer para que hasta fregar platos en la artesa de la cocina resulte una cosa interesante? Si es así, el método está expuesto en un alentador libro, de valor increíble, de Borghil Dahl, Se titula I wanted to see (Quería Ver”).

Este libro fue escrito por una mujer que estuvo prácticamente ciega durante medio siglo. Y esta mujer escribe; “Sólo tenía un ojo, y mi ojo único estaba cubierto de tan densas cicatrices que mi único modo de ver era a través de una pequeña abertura a la izquierda. Para leer tenía que colocar el libro muy cerca del rostro y forzar mi único ojo hacia la izquierda cuanto pudiera.”
Pero esta mujer no quiso ser compadecida; se negó a ser “diferente”. Cuando niña, quiso jugar a la coxcojilla con sus compañeras, pero no podía ver las marcas. En vista de ello, cuando las otras niñas se fueron a casa, se arrastró por el suelo con los ojos cerca de las marcas. Se aprendió de memoria cada trozo del suelo en que sus amigos jugaban y pronto se convirtió en una experta en diversos juegos. Aprendió a leer en su casa, con un libro de letras muy grandes que mantenía tan cerca de los ojos que sus pestañas rozaban las páginas. Obtuvo dos títulos universitarios, el de bachiller en artes de la Universidad de Minnesota y el de magister artium de la Universidad de Columbia.

Comenzó a enseñar en la aldea de Twin Valley, Minnesota, y ascendió hasta convertirse en profesora de periodismo y literatura en Augustana College de Sioux Falls, Dakota del Sur. Enseñó allí durante trece años y, al mismo tiempo, dio conferencias en sociedades femeninas y ante el micrófono sobre libros y autores. Y escribe: “En el fondo de mi espíritu había albergado siempre el temor a la ceguera total. Con el fin de superar esto, adopté hacia la vida una actitud animosa, casi bulliciosa y jaranera.”

Después, en 1943, cuando tenía cincuenta y dos años, sucedió un milagro: una operación en la famosa Clínica Mayo. Pudo ver cincuanta veces mejor de lo que había visto en cualquier momento anterior.

Se abrió así ante ella un nuevo e interesante mundo de belleza. Encontró interesante hasta lavar platos en la artesa de la cocina. Escribe: “Comencé a jugar con la blanca espuma en la pileta. Hundí mis manos en ella y tomé una bola de diminutas pompas de jabón. Puse éstas a la luz y pude ver en cada una de ellas los brillantes colores de un arco iris en miniatura.”

Cuando miró por la ventana que había encima de la artesa, vio las “batientes alas de un gris negruzco de los gorriones que volaban a través de la densa nieve que caía”.

Encontró tal placer en contemplar las pompas de jabón y los gorriones que cerró el libro con estas palabras: “Mi Señor, Padre Nuestro que estás en los Cielos, gracias, gracias”.

¡Imagínese agradeciendo a Dios por poder lavar platos y ver arco iris en las pompas de jabón y gorriones volando a través de la nieve!

Usted y yo deberíamos avergonzarnos de nosotros mismos. Todos los días de nuestra vida hemos vivido en un país de magia y de belleza, pero hemos sido demasiado ciegos para ver y estábamos demasiado ahítos para disfrutar.
Por eso sigue el siguiente consejo:

¡Cuenta tus bienes, no tus males!












Encuéntrate Y Sé Tú Mismo; Recuerda Que No Hay Nadie Como Tú En El Mundo


“Comparados con lo que deberíamos ser, estamos sólo despiertos a medias. Hacemos uso sólo de una pequeña parte de nuestros recursos físicos y mentales. Para hablar en un sentido amplio, diremos que el individuo humano vive muy lejos de sus límites. Posee facultades de diversa índole que generalmente no utiliza”.

Usted y yo tenemos esas facultades, por lo que no debemos preocuparnos a causa de no ser como otros. Usted es algo nuevo en el mundo. Nunca antes, desde los comienzos del tiempo, ha habido nadie exactamente como usted y nunca después, a través de todas las épocas por venir, habrá nadie en el que usted se repita.

No imitemos a los demás. Encontrémonos y seamos nosotros mismos.
Emerson dijo, en su ensayo sobre la Confianza en sí mismo: “llega un momento en la educación de todo hombre en que se llega a la convicción de que la envidia es ignorancia; de que la imitación es un suicidio; de que el hombre debe tomarse a sí mismo, para bien o para mal, como a su parte; de que, aunque el vasto universo está lleno de riquezas, ningún grano nutritivo puede llegar hasta uno si no es a través del trabajo en la parcela de tierra que le ha sido asignada. El poder que reside en cada hombre es de naturaleza nueva y sólo él sabe lo que puede hacer y, por otra parte, sólo puede saberlo cuando lo haya intentado.”
Este es el modo que Emerson tuvo de decirlo. Pero he aquí el modo en que lo dijo un poeta, el extinto Douglas Malloch:

Si no puedes ser pino de la cumbre,
Sé la mata del valle, la más linda
De las matas que van junto al arroyo;
Sé el arbusto, si el árbol está arriba.
Si no llegas a arbusto, sé la hierba
Que al camino feliz y humilde vista;
De no ser almizcleña, sé la atocha
Que entre todas el lago más estima.
Tripulantes, si no los capitanes,
Que un lugar siempre guárdanos la vida;
Hay que hacer cosas grandes y pequeñas,
Pero siempre ha de hacerse la más chica.
De no ser el camino, sé el sendero;
Si no sol, sé la estrella que titila;
No busquemos tamaño en la pelea,
Sino ser lo mejor en nuestras filas.


Para cultivar la actitud mental que nos procurará paz y nos liberará de la preocupación:

No imitemos a los demás. Encontrémonos y seamos nosotros mismos.


Si Tiene Usted Limón, Haga Una Limonada

El rector de la Universidad de Chicago dijo: “Cuando tengas un limón, hazte una limonada.” El simple hace lo opuesto. Si la vida le entrega un limón, una cosa amarga y agria, se desespera y dice; “Estoy vencido. Es el destino. No tengo la menor oportunidad.” Después lanza imprecaciones contra el mundo y se compadece hasta lo más hondo de su ser. En cambio, el juicioso a quien entregan un limón, dice: “La culpa, querido Bruto, de que seamos unos mequetrefes, no está en las estrellas, sino en nosotros mismos. ¿Qué lección cabe aprender de esta desgracia? ¿Cómo puedo convertir este limón en una limonada?



Hay dos versos que pueden cambiar nuestro modo de ver la vida:

Y al mirar hacia fuera los dos presos,
Barro vio el uno, pero el otro estrellas.

Por lo tanto, para cultivar una actividad mental que nos procure la paz y la felicidad, hagamos algo con relación a lo siguiente:

Cuando el destino nos entregue un limón, tratemos de convertirlo en limonada.




Cómo Curarse De La Melancolía En Catorce Días


Usted puede curarse en catorce días de la melancolía si sigue esta prescripción: Procure pensar cada día el modo en que pueda agradar a alguien". Usted podrá decir: "Eso será muy fácil para mí. Lo he hecho toda mi vida". Pero quizás no lo haya hecho nunca.

Pensar en los demás, no solamente impide que uno se preocupe por sí mismo, sino que ayuda a tener muchos amigos y a pasarla muy bien. ¿Cómo? Bien, el Profesor William Lyon Phelps de Yale dijo lo siguiente:

"Nunca voy a un hotel, una barbería o un almacén sin decir algo agradable a las personas que encuentro. Trato de decir algo que suponga considerarlas como individuos, no como ruedas de una máquina. En ocasiones digo a la muchacha que me atiende en el almacén un cumplido acerca de sus ojos o su cabello. Al barbero le pregunto si no se cansa de permanecer de pie todo el día, indago cómo se le ocurrió adoptar el oficio de barbero, cuánto tiempo lleva en el oficio y el número de cabezas que lleva rapadas. Le ayudo a hacer el cálculo. He observado que cuando uno toma interés en los asuntos de los demás les causa un gran placer. Frecuentemente estrecho la mano del botones que me trae mis cosas. Esto le da ánimos y le mantiene feliz para todo el día. Un día caluroso en extremo fui al coche comedor de la línea New Haven para almorzar. El coche estaba atestado y parecía horno; el servicio era lento. Cuando finalmente llegó el mesero para entregarme la carta, dije: "La gente de la cocina tiene que estar hoy pasando muy mal día". El mozo lanzó una exclamación con tono amargado.

En un principio creí que estaba furioso. Habló así: "¡Dios! Las gentes vienen aquí y se quejan de la comida. Protestan de la lentitud del servicio y gruñen acerca del calor y los precios. Llevo escuchando sus críticas diecinueve años y es usted la primera persona que haya expresado jamás una simpatía hacia los cocineros que se están asando vivos en esa cocina. ¡Qué no daríamos para que hubiera más pasajeros como usted!"

El mozo estaba aturdido porque yo me había referido a los cocineros como a seres humanos y no como a ruedas de la vasta organización de un gran ferrocarril. Lo que las personas quieren es que se les preste un poco de atención como a seres humanos. Cuando encuentro en la calle un hombre con un perro, siempre dedico unas palabras a la belleza del animal. Cuando sigo mi camino y miro por encima del hombro, frecuentemente veo que el hombre está acariciando y admirando al perro. Mi estimación por el perro ha renovado la suya.

En una ocasión, en Inglaterra, me encontré con un pastor y expresé mi sincera admiración por el vigoroso e inteligente perro que tenía. Le pregunté cómo había adiestrado al animal. Al alejarme miré por encima del hombro y vi que el perro, en dos patas, con las delanteras sobre los hombros del pastor, estaba siendo acariciado por éste. Al interesarme un poco por el pastor y su perro, había hecho feliz al perro y me había hecho feliz a mí mismo."

¿ Puede alguien imaginarse que un hombre así, un hombre que estrecha la mano a los botones, expresa su simpatía a los cocineros de una cocina calurosa y dice a los dueños cuánto le gustan sus perros, ha de estar alguna vez amargado, preocupado y necesitado de los servicios de un psiquiatra? Es imposible, ¿verdad? No cabe duda, desde luego. Un proverbio chino lo dice así: "Siempre queda un poco de fragancia en la mano que te da rosas."

Olvídese de sí mismo interesándose en los demás. Haga cada día una buena acción que provoque una sonrisa de alegría en el rostro de alguien. Olvidemos nuestra propia felicidad tratando de crear un poco de felicidad para los demás. "Cuando eres bueno para los demás, eres mejor para ti mismo".

















Un Modo Perfecto De Suprimir Las Preocupaciones


Williams James, Profesor de Filosofía en Harvard, dijo: "Desde luego, la cura soberana para la preocupación es la fe religiosa".

No hace falta ir a Harvard para descubrir esto, una mujer pobre durante años de lucha y angustias, nunca se preocupó. En sus oraciones ponía todas sus zozobras en las manos de Dios. Todas las noches, antes de ir a la cama, leía un capítulo de la Biblia; frecuentemente ella y su esposo repetían estas confortadoras palabras de Jesús: "En la casa de mi Padre, muchas moradas hay… Voy a preparar lugar para ti… Para que donde Yo esté puedas tú estar también". Después toda la familia se arrodillaba ante sus sillas en una solitaria granja y pedían a Dios amor y protección. Ni las inundaciones que llegaron algunas ocasiones intempestivamente, ni las deudas que tuvieron, ni el desastre, consiguieron vencer a aquel espíritu feliz, radiante y triunfador, que hacía cantar a esa mujer mientras cantaba:

Paz, paz, paz maravillosa
Que el Buen Padre nos envía,
ven a quien en Dios confía,
Ven a nosotros, piadosa.

El buscar a Dios con todo el corazón proporciona valores espirituales; proporciona fe, esperanza y valor. Desvanece tensiones, ansiedades, miedos y preocupaciones. Señala propósito y dirección a nuestra vida. Aumenta la felicidad. Facilita una salud abundante. Ayuda a crear "Un oasis de paz en medio de los torbellinos de arena de la existencia".

Henry Ford, unos cuantos años antes de su muerte, vivía tranquilo, sano y apacible, construyendo y dirigiendo uno de los mayores negocios del mundo. Cuando le preguntaron si había tenido preocupaciones, contestó: "No. Creo que Dios gobierna las cosas y no necesita ningún consejo mío. Con Dios a cargo de las cosas, creo que todo ha de acabar bien. Y si es así, ¿para qué preocuparse?".

Hoy hasta los psiquiatras se están convirtiendo en evangelistas modernos. No nos invitan a que llevemos vidas espirituales para que nos libremos de los fuegos del infierno en el otro mundo, pero nos invitan a que busquemos lo espiritual para que nos libremos de los fuegos del infierno de este mundo, los fuegos del infierno de las úlceras de estómago, la angina de pecho, los desarreglos nerviosos y la locura.

Sí, el buscar a Dios es una actividad alentadora y saludable. Jesús dijo: "He venido para que tengáis vida y la tengáis en abundancia". Jesús denunció y atacó las secas formas y los fríos rituales que pasaban por religión en su tiempo. Predicó una nueva forma de vida para el hombre. Habló del miedo como un pecado. El miedo indebido es un pecado, es un pecado contra la salud, un pecado contra la vida más rica, plena, feliz y valiente que Jesús propugnaba. Emerson se llamaba a sí mismo "Profesor de la Ciencia de la Alegría". Jesús demostró ser un maestro de la "Ciencia de la Alegría". Exhortó a sus discípulos que "se alegraran y saltaran de contento".

Jesús también declaró que las dos cosas más importantes respecto a la ley son: Amar a Dios sobre todas las cosas y al prójimo como a uno mismo. Quien haga esto cumple la ley.

Un distinguido psiquiatra, Carl Jung, dice en su libro Modern Man in Search of a Soul ("El Hombre moderno en Busca de un Alma"): "Durante los últimos treinta años me han consultado personas de todos los países civilizados. He tratado a muchos cientos de pacientes. Entre todos mis pacientes en la segunda mitad de la vida - es decir, de más de treinta y cinco años - no ha habido uno solo cuyo problema no fuera en última instancia el de hallar una perspectiva religiosa de la vida. Puedo decir que todos ellos se sentían enfermos porque habían perdido lo que las religiones vivas de todos los tiempos han dado a sus fieles; y que ninguno de ellos se curó realmente sin reconquistar esa perspectiva religiosa."

William James dijo aproximadamente lo mismo: "La fe es una de las fuerzas que hacen vivir a los hombres, y la total carencia de ella significa el desplome."

Cuando nos vemos acosados y en el límite de nuestras fuerzas, recurrimos a Dios en nuestra desesperación. Esto quiere decir que: "No hay ateos en las trincheras". Pero ¿por qué esperar hasta la desesperación? ¿Por qué no renovar nuestras fuerzas todos los días? ¿Por qué esperar hasta el domingo?

Si estamos preocupados y angustiados, ¿por qué no probar a Dios? ¿Por qué no - como dijo Immanuel Kant - "aceptamos la fe en Dios porque nos es una fe necesaria"? ¿Por qué no nos ligamos con "el inagotable poder motivador que hace girar el universo"?

La oración puede ayudarnos a satisfacer tres necesidades que tenemos:
1. Nos ayuda a expresar con palabras lo que nos turba. La oración es como consignar por escrito nuestro problema. Siempre que pedimos ayuda para resolver un problema, aunque sea a Dios tenemos que expresarlo con palabras.
2. La oración nos lleva a compartir la carga, a no estar solos. Pocos entre nosotros pueden soportar las más pesadas cargas y las más angustiadas zozobras sin ayuda de nadie. En ocasiones, nuestras preocupaciones son tan íntimas que no podemos exponerlas ni a parientes o amigos de absoluta confianza. En estos casos, la salida es la oración. Los psiquiatras dicen que, cuando estamos en un estado de tensión, con el espíritu atormentado, tiene un gran valor terapéutico contar a alguien nuestros problemas. Cuando no las podamos contar a nadie, siempre podremos contárselos a Dios.
3. La oración pone en vigor activo un principio de realizaciones. Es el primer paso hacia la acción. Un científico famoso dijo: "La oración es la más poderosa forma de energía que se puede generar".











Impida La Fatiga Y La Preocupación Y Conserve La Energía Y El Buen Ánimo


Como Añadir Una Hora Diaria A Nuestra Vida Activa

La fatiga produce frecuentemente preocupación, disminuye la resistencia física al resfrío y a cientos de otras enfermedades, reduce también nuestra resistencia a las emociones de la preocupación y del miedo. Por lo tanto, impedir la fatiga tiende a impedir la preocupación.
Para impedir la fatiga y la preocupación, pues, la primera regla es descansar a menudo. Descansar antes de cansarse.
El ejército de los Estados Unidos ha descubierto por medio de pruebas repetidas que hasta los jóvenes - hombres entrenados por años - pueden marchar mejor y resistir más tiempo si se desprenden de su equipo y descansan diez minutos cada hora.

Durante la segunda guerra mundial, Winston Churchill, que vivió los últimos años de su sexta década y los primeros de la séptima, pudo trabajar dieciséis horas diarias, año tras año, dirigiendo los esfuerzos de guerra del Imperio Británico. Es una marca fenomenal. ¿Su secreto? Trabajaba en la cama cada mañana hasta las once, leyendo informes, dictando órdenes, llamando por teléfono y celebrando importantes conferencias. Después de almorzar volvía a la cama y echaba una siesta de una hora. Al anochecer volvía a la cama una vez más y dormía dos horas antes de cenar a las ocho. No se curaba de la fatiga. No tenía motivos para curarse. La prevenía. Como descansaba frecuentemente, podía trabajar diariamente muy fresco y en condiciones, hasta muy pasada la medianoche.

Henry Ford dijo: "Para mantenerme bien físicamente: Nunca estoy de pie cuando puedo estar sentado y nunca estoy sentado cuando puedo estar acostado."

Si no puede usted echar una siesta a mediodía, trate por lo menos de acostarse durante una hora antes de la cena. Si puede dormir una hora a las cinco, las seis o las siete de la tarde, podrá añadir una hora a su vida activa. ¿Por qué? ¿Cómo? Porque una hora de siesta antes de la cena más seis horas de sueño durante la noche - un total de siete horas - le hará más bien que ocho horas de sueño ininterrumpido.




Que Es Lo Que Nos Cansa Y Que Podemos Hacer Al Respecto

Definición de fatiga: "una disminución de la capacidad de trabajo

Si se toma la sangre de las venas de un trabajador manual que está trabajando, se la encontraría llena de "toxinas de fatiga" y de otros productos del cansancio. Pero, si se pudiera tomar una gota de sangre del cerebro de Albert Einstein, no se observaría toxina de fatiga alguna al término de la jornada.
El cerebro puede trabajar bien y ágilmente durante ocho o diez horas de esfuerzo. El cerebro es incansable.
Se dice que la mayor parte de nuestra fatiga proviene de nuestras actitudes mentales y emocionales.

Los factores emocionales que cansan al trabajador son: El aburrimiento, el resentimiento, la sensación de que no se aprecia el trabajo de uno, la sensación de inutilidad, la prisa, la ansiedad, la preocupación. Tales factores emocionales que agotan al trabajador, lo exponen a resfríos, reducen su capacidad de producción y le regresan a casa con dolor de cabeza. Sí, la realidad es que nos cansamos porque nuestras emociones producen tensiones en nuestro cuerpo. El trabajo duro rara vez causa una fatiga que no pueda ser curada con un buen sueño o descanso. La preocupación, las tensiones y las perturbaciones emocionales son tres de las principales causas de la fatiga, debido a que un músculo tenso es un músculo que trabaja. ¡Es necesario serenarse! Ahorremos energía para los deberes importantes.

Haga una pausa en este momento, y examínese, ¿Tiene el ceño fruncido o siente tensión en los ojos? ¿Está cómodo en su asiento? ¿Están tensos los músculos de su rostro, hombros o cuello? Si todo su cuerpo no se encuentra suelto y flojo como una muñeca de trapo, está usted produciendo tensiones musculares y nerviosas que provocan fatiga.

Hay la creencia de que el trabajo duro requiere una sensación de esfuerzo para que sea bien hecho; es por eso que pedimos a nuestros músculos que realicen movimientos de esfuerzo, como ceñir el rostro, levantar los hombros, tensar el cuello, lo que nada ayuda al trabajo de nuestro cerebro. Así que ¿Cuál es la solución para esta fatiga nerviosa? ¡Descanso! ¡Descanso! ¡Aprendamos a descansar mientras realizamos nuestro trabajo!

Pero, ¿cómo se descansa? Comience con los músculos, relaje sus ojos, sus párpados, sus brazos, todo su cuerpo; descanse a ratos, descanso es la ausencia de toda tensión y de todo esfuerzo, quite toda energía de sus músculos faciales y déjelos libres de tensiones, de tal manera que parezca usted un viejo calcetín.

*Preparada por Alejandro Saavedra González